Lector escolar
Portada » Blog » QUE TRATA DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR Y DE SU PAPEL EN EL DESPLIEGUE DE LA POLÍTICA DE LECTURA DEL CENTRO

QUE TRATA DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR Y DE SU PAPEL EN EL DESPLIEGUE DE LA POLÍTICA DE LECTURA DEL CENTRO

José García Guerrero*

“La lectura cobra sentido cuando se refleja en nuestros actos. Cuando es posible advertir que somos unos antes de los libros y otros después de ellos: quizá, más respetuosos con los gustos y los intereses de los demás; más abiertos al mundo, y, por cierto, seguramente menos soberbios, menos arrogantes respecto de lo que sabemos y lo que ignoramos, porque si leer libros no es una práctica que sirva para conferirnos algunos beneficios humanos, entonces podemos estar seguros que no valen la pena tantos denodados esfuerzos ni tantos fatigosos discursos para hacer de la lectura una de nuestras aficiones”. 
Juan Domingo Argüelles,  Antimanual para lectores y promotores del libro y la lectura

Política de lectura

Partiendo de la premisa de que toda lectura es infinita y que a leer nunca se aprende, permítanme los lectores de estas breves propuestas y consideraciones que en vez de “tratamiento de la lectura” utilice en este artículo la expresión “política de lectura”, tratada por mí en otros textos, teniendo en cuenta las acepciones once y doce del vocablo “política”, según la RAE. Siendo la acepción once: “Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado”. Y la doce: “Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado”.

Si los centros educativos definen con claridad y fundamento su política de lectura, la biblioteca ha de estar disponible para cuantos requerimientos y solicitud de apoyos provengan de la ejecución de dicha política. Este es uno de los papeles fundamentales de la biblioteca como recurso del centro, reflejado en el punto 8 de la Instrucciones de 23 de junio de 2023, de la Viceconsejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, sobre tratamiento de la lectura para el despliegue de la competencia en comunicación lingüística en Educación Primaria y Educación Secundaria Obligatoria (en adelante “Instrucciones TL, 2023”).

Lector escolar

Estos requerimientos tienen que ver con la selección y provisión de textos y otros recursos, la organización y articulación de actividades complementarias organizadas por la biblioteca, asesoramiento bibliográfico, orientaciones metodológicas… Así, en el punto octavo de las “Instrucciones TL, 2023” dedicado a la biblioteca escolar se indica: “Por un lado, los recursos de aprendizaje y textos seleccionados por la biblioteca escolar procurarán atender a las necesidades de todas las áreas y materias. Asimismo, se dotarán de libros de lectura que contribuyan a fomentar en el alumnado prácticas de lectura libre y autónoma como fuente de satisfacción personal”. Por otra parte, se abunda en la necesidad de informar a las familias sobre los recursos y actividades lectoras, en la creación de comunidades lectoras y en la realización de actividades de fomento de la lectura y la alfabetización informacional. Todos los aspectos destacados por las instrucciones dan naturaleza a las funciones específicas que ya vienen desarrollando desde hace décadas las bibliotecas escolares andaluzas como centros de recursos para la enseñanza y el aprendizaje.

Destaquemos en este escrito algunas de las propuestas y acciones que la biblioteca escolar de cada centro puede articular y ofrecer para apoyar la política de lectura, teniendo en cuenta que las “Instrucciones TL, 2023” hacen hincapié en que a la hora de planificar el tiempo de lectura se ha de contar con la biblioteca y que el profesorado, según los objetivos de dichas instrucciones, ha de “integrar la utilización de las bibliotecas escolares para promover actuaciones relativas al fomento de la lectura”. Estos aspectos refuerzan no sólo el papel y la estabilidad necesaria de la biblioteca en el quehacer de la escuela sino su relevancia a la hora de contribuir al desarrollo de la condición lectora del alumnado. Por tanto, en cumplimiento de las instrucciones y del buen hacer de la tradición bibliotecaria escolar, cada biblioteca incorpora en su plan de trabajo las demandas derivadas de la política de lectura del centro, así como las propuestas pertinentes de la propia biblioteca provenientes del análisis de necesidades y de su capacidad de respuesta.

Fondo lector

Las iniciativas promovidas por la biblioteca colocan al lector en el centro del proceso de lectura. Lo que nos importa realmente en la escuela en referencia al fomento de la lectura es cómo se leen los libros y no caer en el activismo, centrándonos en los aspectos nucleares que la política de lectura del centro ha determinado y concretado para la biblioteca. Desgloso a continuación algunas de las iniciativas que las bibliotecas escolares en función del contexto en el que desarrollan sus cometidos pueden llevar a cabo en un año académico para contribuir y mejorar la política de lectura. Considero que no debemos gastar energías en “días de” ni en efemérides o actividades sin continuidad en el tiempo y centrar esfuerzos de calidad, a modo de propuesta, en intervenir en varios actos con las familias, en organizar una o dos exposiciones temáticas, en articular y desarrollar un programa especifico (riqueza léxica), en promover grupos de lectura (leer y conversar).

Familias

Las “Instrucciones TL, 2023” ya nos vienen a indicar que se ha de “invitar a las familias a participar en el marco de una comunidad lectora, informándolas sobre los recursos de aprendizaje disponibles, los servicios y las actuaciones de fomento de la lectura”. En este sentido, es muy recomendable disponer en el espacio digital de la biblioteca de una sección para las familias con toda la información pertinente en cuanto a actividades en las que puedan participar y con orientaciones y recomendaciones vinculadas al fomento de la lectura. Asimismo, sobre todo en infantil y primaria, es adecuado convocar a las familias a charlas organizadas por la biblioteca en las que se aborden temas vinculados con la promoción de la lectura entre al alumnado. Por otra parte, el responsable de la biblioteca puede proporcionar un sencillo paquete informativo a los tutores en relación a las actividades y servicios para el fomento de la lectura ofertadas por la biblioteca, con el objetivo de que sea transmitido en las reuniones prescriptivas de principio de curso a los padres y a las madres.

Exposiciones

Independientemente de que la biblioteca escolar pueda usar sus espacios para presentar a lo largo del curso escolar exposiciones específicas derivadas de instituciones y organismos externos, recomiendo encarecidamente la organización de una gran exposición de elaboración propia, de todo el centro para todo el centro, pues es una de las actividades más relevantes que se pueden llevar a cabo.

La organización de una exposición anual por la biblioteca en colaboración con los ciclos y los departamentos constituye una de las intervenciones de más calado y repercusión. Nos referimos a un modelo expositivo que elige del currículo un tema nuclear, que conlleva tiempo y exhaustiva planificación, que permite la participación multidisciplinar y cuyos materiales (trabajos documentales, producciones literarias, obras plásticas, cartelería, guía de la visita, montajes audiovisuales, etc.) son producidos por el alumnado del centro en función de propuestas articuladas y dirigidas desde la biblioteca en coordinación con el profesorado.

Libros en la biblioteca

Podemos abordar también, en el marco de una impronta humanista, la articulación por parte de la biblioteca escolar de espacios expositivos y momentos para la memoria, el recuerdo y el conocimiento de la historia de los logros y avances de la humanidad, de catástrofes, guerras, epidemias y tragedias -algunas provocadas por el hombre-, con el fin de que el alumnado las reconozca y conozca a través de personas con experiencia y fuentes diversas, cultive la memoria individual y colectiva y no olvide el devenir del ser humano.

Riqueza léxica

El maestro y pedagogo Gregorio Luri afirmaba en las jornadas sobre el tratamiento de la lectura celebradas en Granada el día 27 de septiembre de 2023 que la pobreza léxica, el poco nivel de vocabulario que el alumnado trae de origen genera grandes dificultades para la lectura y su comprensión. Si en el paso de aprender a leer a aprender leyendo (en torno a los 9-10 años) hay pobreza de vocabulario, las dificultades lectoras irán en aumento. Luri indicaba que la escuela en su labor compensadora ha de hacer todo lo posible para establecer experiencias educativas que incidan en la riqueza léxica y, por tanto, en procurar contextos escolares continuos ricos en vocabulario. En este sentido, una de las acciones de la biblioteca ha de ir enfocada sistemáticamente a cautivar al alumnado, abrazando actividades, actos y encuentros que lleven a la riqueza léxica. Antonio Basanta, en su ensayo titulado Leer contra la nada, nos sugiere la necesidad de disponer de “dispositivos vivos de palabras” para poder gozar, reflexionar y transformarnos como lectores atentos:

“Nuestra capacidad lectora está directamente relacionada con nuestro conocimiento de las palabras, con el número de las que conozcamos y en los diversos contextos en los que ellas intervengan, pues una palabra no solo adquiere importancia en sí misma, sino también en la relación, en la asociación que tenga con todas las demás. Es precisamente ese estar o no dotados de depósitos vivos de palabras lo que más influye en nuestro discurrir como lectores. En que el acceso a la lectura sea placentero, por fructífero. O que el mismo se desarrolle en un clima de estéril sacrificio, de esfuerzos desconsoladores que jamás nos permitirán entender la lectura sino como una experiencia de la que tristemente apartarse…”.

Dotar de dispositivos vivos de palabras a infantes y adolescentes constituye una interesante práctica de la biblioteca. Esta puede asumir para todo el centro programas que impelan al uso y elaboración de diccionarios personales por parte del alumnado, de manera individual. De tal modo que con intervenciones de esta naturaleza se procure que el aprendiz elabore su glosario, es decir, su diccionario personal, en el que registrar sistemáticamente conceptos y palabras que durante el curso escolar le vayan saliendo al paso en las distintas materias, lecturas y trabajos. Con esta estrategia se desarrolla interés por el significado de las palabras y se dota a los aprendices de un procedimiento para   incorporarlas al repertorio léxico personal.

Diccionario en la biblioteca escolar

Programa que puede conllevar la realización inicial de talleres previos en la biblioteca escolar y el desarrollo del trabajo (búsqueda del significado de las palabras, registro en plantillas predefinidas, inclusión de ejemplos, ilustración de los conceptos, manejo y uso de las palabras en distintas actividades de aula, etc.) en los procesos naturales de acceso y manejo de información con todo tipo de textos de distintas disciplinas manipulados en las aulas (y no solo enfocado en el área de lengua y literatura) y fuera de ellas durante cada año académico.

El papel de la biblioteca escolar consistiría en proporcionar durante varias sesiones estrategias y actividades a modo de talleres para que el alumnado sepa cómo afrontar y llevar a cabo esta actuación en el día a día del aula, conocer los diferentes tipos de diccionarios, descubrir características, usos, funciones, orígenes, etc. También crear situaciones de acercamiento a este tipo de libros, mostrar herramientas de búsqueda y aplicaciones, motivando al grupo hacia una actitud de confianza para que aborde con optimismo y seguridad la elaboración de los diccionarios personales. Por tanto, durante estas sesiones se explicaría y mostraría al alumnado cómo se aborda paso a paso esta tarea de construcción de un diccionario (duda, búsqueda, consulta, significado dentro del contexto, apunte, orden alfabético, retención, etc.).

Este programa de la biblioteca relacionado con los diccionarios puede adoptar como objetivos que cada alumno/a a partir de segundo de primaria y de manera recurrente durante todos los cursos académicos hasta bachillerato:

-elabore cada año su glosario y vocabulario, es decir, su diccionario personal,

-adquiera habilidades de búsqueda y tratamiento de la información,

-desarrolle interés por el significado de las palabras y las incorpore en sus conocimientos para disponer de más bases en la aproximación a nuevos conocimientos,

-atesore un bagaje semántico relevante durante la etapa de permanencia en la institución escolar.

Lectura y conversación

Excelente es la biblioteca escolar que dispone de una colección rica y diversa de libros de ficción y no ficción, que procura momentos de conversación, solaz y conocimiento de aquellas obras que contribuyen al goce estético, a la formación y transformación de los lectores.

Las bibliotecas escolares constituyen entornos idóneos para promover la conversación a través de la configuración de “grupos de lectura” o clubes de lectura. Durante el curso la biblioteca puede propiciar, en coordinación con el profesorado, la creación de grupos de lectura diversos y ofrecerles los tiempos y los espacios adecuados para sus encuentros. Es una acción que facilita el momento para la conversación, la reflexión y la opinión en torno a la lectura de unos textos previamente seleccionados, conocidos y consensuados.

Sabemos que no es cometido de la biblioteca escolar la educación literaria. Esta es una tarea reglada impartida por profesorado especializado. Ahora bien, la biblioteca sí puede, y de hecho lo hace, contribuir al aprecio de la lectura literaria, a generar ambientes para la “experiencia literaria”. La biblioteca contribuye a enriquecer la formación del lector y las vivencias y experiencias del alumnado en torno a la lectura de obras de ficción, cuando su estrategia se centra en intervenciones y propuestas de corte más informal.

Invitación

Las bibliotecas escolares andaluzas disponen de una excelente serie de cinco documentos de referencia que alumbran y clarifican el quehacer de la biblioteca en el centro, así como de una publicación periódica única en España, con 23 años de vida: Libro Abierto. https://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/web/libro-abierto

Aprovechemos este potencial, pues les aseguro que sus contenidos trascienden leyes, órdenes, instrucciones, disposiciones, etc., manteniendo unas constantes que aportan rigor y estabilidad al recurso. Les emplazo a la lectura y consulta del documento de referencia número 3 publicado por la Consejería como material de apoyo a las bibliotecas escolares andaluzas titulado Contribución de la biblioteca escolar al fomento de la lectura, disponible en línea. https://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/web/libro-abierto/detalles/-/contenidos/detalle/contribucion-de-la-biblioteca-escolar-al-fomento-de-la-lectura. En él el profesorado encontrará repertorio de actividades y propuestas para el tratamiento del tiempo de lectura reglado, así como actividades complementarias para fomentar la lectura. Les invito asimismo, a ver el vídeo titulado “Visibilidad de la biblioteca escolar” https://youtu.be/NVOwpUG27vo?si=XQVcc8VHKFHlU5P1, editado por la Consejería.

Coda final

La experiencia lectora en los centros, a veces inquietante, a veces cariñosa y festiva, la atmósfera que creamos en el aula y en la biblioteca escolar, los ambientes, las relaciones que establecemos, las palabras que usamos, las formas de hablar, la paciencia, la sensibilidad, la confianza, los gestos, coadyuvan notablemente al desarrollo de la condición lectora del alumnado.

El aprendizaje de la lectura, el proceso por el cual nos hacemos lectores asiduos y competentes, las razones por las que nos aficionamos a leer cada día y por la que la lectura se convierte en una necesidad espiritual son complejas, ya que estamos siempre aprendiendo a leer. Nunca acaba. No es una cuestión meramente técnica o de aplicar un método específico, pues componentes como la delicadeza, la sensibilidad, el ambiente familiar, el gusto, etc., forman parte de ese proceso tan extraordinario. No hay un manual.

Lectores

El alumno pasa una parte importante de su vida en los centros educativos junto a sus profesores. Maestros y libros acompañan también en el aprendizaje maravilloso de la lectura. Aquéllos se convierten en modelos, en lectores que muestran a su alumnado sus modos y formas y sensaciones y entusiasmos y experiencias de lectura. Si la experiencia de lectura del maestro es vida insuflará vida. Y esos maestros no indicarán un modelo único de lectura, una sola interpretación de los textos, una verdad, un tiempo de inicio y fin. Esos profesores mostrarán la fragilidad de todo, las múltiples interpretaciones de los textos, nos harán ver que la lectura nos hace y nos deshace, nos forma y nos transforma, nos ilumina y nos introduce en las tinieblas, nos duele y nos regocija, que lo que nos dice y encontramos en un libro hoy puede ser muy diferente a lo que nos revele ese libro mañana.

La condición lectora se hace y es un modo de estar en el mundo. El profesor tiene un papel importante en el acompañamiento lector de su alumnado. Los profesores dejan huella. Por tanto, condición primera es el interés, la atención y el aprecio de la lectura y el libro por el maestro o la maestra.

*******************************************

* José García Guerrero

La trayectoria profesional de José García Guerrero ha estado vinculada de manera intensa durante 30 años a la promoción de la lectura, las redes profesionales, las publicaciones educativas, la formación del profesorado y el de las bibliotecas escolares.

Entre 2000 y 2004 realizó labores de coordinación regional del Plan Andaluz de Fomento de la Lectura de las Consejerías de Educación y de Cultura de la Junta Andalucía.

Fue vocal (2010-2013) del Comité Científico del Observatorio de la Lectura de Andalucía (Pacto Andaluz por el Libro) y responsable del impulso dado a las bibliotecas escolares por la Delegación Territorial de Educación de Málaga desde el curso 2000/2001 a enero de 2015.

Creó y dirigió la revista Libro Abierto (publicación de información y apoyo a las bibliotecas escolares de Andalucía) desde su creación en el año 2000 hasta enero de 2015 y que sigue publicándose en la actualidad.

Entre sus libros destacan:

Utilidad de la biblioteca escolar: un recurso al servicio del proyecto educativo (Trea, Oviedo, 2010).

Contribución de la biblioteca escolar al fomento de la lectura (Junta de Andalucía, 2012).

Bibliotecas escolares con futuro (Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Madrid, 2015)