La vicedirectora del CEP de Cádiz, Mª Dolores Espinosa (Loli), querida compañera del IES La Bahía, me propuso el diseño de un mural para la puerta principal del edificio y desde el primer momento me ilusioné. Presenté un boceto que gustó y fue aceptado.
El mural representa a nuestra bahía con algunos de sus habitantes y actividades más relevantes. Está lleno de elementos de simbología educativa como los libros, la sirena lectora o la importancia de los descubrimientos. El color es la fuerza principal de esta obra que pretende transmitir energía y buenas sensaciones, aunque también aparecen imágenes que intentan mostrar los peligros y problemas que nos encontramos en el día a día. Cada observador puede descubrir mensajes secretos y hacer su propia lectura personal que siempre será válida.
A lo largo de mis años como docente he hecho muchos murales con distintas técnicas. Esta es la primera vez que hago un mural en solitario, todos los anteriores los hice con amigos, compañeros y, sobre todo, con el alumnado. Soy maestra de Formación Profesional Básica (FPB) y debido a las características del aula que teníamos el primer año, empezamos a idear elementos para mejorarla. Nuestra actividad tuvo tanto éxito que otra parte del profesorado empezó a hacernos encargos con los que iniciamos nuestro proyecto de decoración del centro. Uno de esos primeros encargos precisamente lo hizo Loli para decorar el aula de música y esa serie de carteles de instrumentos musicales sigue aún hoy en sus paredes.
Dado el éxito del proyecto, preparamos un catálogo que el alumnado llevaba a otras clases como muestra de lo que podíamos hacer. Cada semana al finalizar las tareas pertinentes se dedicaba un tiempo a nuestro pequeño arte.
Este proyecto de decoración ha cambiado sustancialmente el aspecto del instituto y ha dado sentido al trabajo diario. El alumnado llega a la FPB después de pasar situaciones complicadas con suspensos y repeticiones de curso, y no está acostumbrado a recibir felicitaciones. Con estos trabajos de arte se le está dando visibilidad y valor a este alumnado en el centro. Cada vez que acabamos un cartel, un decorado o un mural, el alumnado es el encargado de hacer su entrega cuidando la calidad y, a cambio, recibe las felicitaciones de los demás. A su vez, al participar en la elaboración de la cartelería de una feria, se motivan más para acudir a visitarla; si se crea el decorado de una obra de teatro, se asiste a la representación; si se decora la biblioteca, apetece más ir a sacar un libro; etc.
Otra de las virtudes de este proyecto de decoración es que nos ha servido de motor en el trabajo del aula, ya que siempre tenemos algún encargo entre manos y una vez acabada la tarea del día -si hemos aprovechado el tiempo y conseguido los objetivos planteados-, cada alumno puede dedicar un tiempo a los pinceles. Así siempre están deseando terminar su actividad y cambiar a otra cosa; se sienten útiles y valorados; y, todo el centro disfruta de lo que hacen. Incluso, alumnado que anteriormente era absentista, en horario de tarde ha acudido al centro si ha sido necesario terminar algún trabajo; por lo que han sido capaces de multiplicar las horas que dedican al instituto con ganas y contentos de estar allí.
Quiero agradecer a Lola y Loli el cariño que me han dado en estos días de trabajo para la elaboración del mural. Me he sentido cuidada y ha sido agradable estar allí. Todo el personal del centro se ha implicado para que el mural fuese posible. Creo que será el último que vaya a pintar en una pared porque me estoy haciendo mayor y cada vez me da más miedo subirme a las alturas. Una buena forma de despedida. Gracias.
Rosa Cabeza
