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ADAPTACIÓN A LA LOMLOE. RETOS DE LOS CENTROS Y LA SOCIEDAD

Tras la pandemia, y casi sin tiempo para tomar consciencia de todo lo que hemos tenido que cambiar en los centros escolares como consecuencia de la misma: la forma de enseñar y aprender, los canales de comunicación, etc…, los centros e incluso la sociedad en general nos vemos en el mandato legal de implementar cambios de calado que van a afectar de manera directa a los niños y niñas que están en los colegios e institutos de todo el territorio nacional, a los docentes que los guían día a día en su camino a la madurez y por supuesto a las familias que desde la publicación del texto de la LOMLOE han tenido que digerir información tras información al respecto, la cual ha creado en las mismas una gran sensación de inestabilidad y desasosiego.

Ante este panorama es fácil caer en el desánimo o incluso pensar, si echamos la vista atrás, que estos cambios pueden ser una moda pasajera y que más pronto que tarde habrá nuevos cambios.

Los cambios que este nuevo texto normativo introduce son de calado y consecuencia directa de los acuerdos internacionales a los que se ha adherido nuestro país en los últimos lustros.

Por lo tanto y tomando como propias palabras de D. Manuel Jesús Sánchez Hermosilla, Inspector General de Educación de Andalucía, “tenemos que afrontar estos cambios como una nueva oportunidad”. Una nueva oportunidad para implementar metodologías pensadas por los docentes para que el alumnado adquiera de manera consciente Competencias Clave, que por cierto llevamos trabajando en los centros escolares desde la publicación de la LOE en el año 2006, también debe ser, una nueva oportunidad para que todos los docentes reflexionen sobre su práctica, y por supuesto debemos considerar también estos cambios, como una oportunidad para que los centros escolares realicen un proceso de análisis sobre qué tipo de centros son y qué centros quieren ser.

Para poder acometer todas estas oportunidades lo mejor que podemos hacer, cada uno desde la parcela que nos toca, es reflexionar sobre lo que hemos hecho hasta ahora y ver a medio plazo cómo implementar esos cambios para mejorar, por supuesto, sin perder de vista la realidad de las aulas y centros, los tiempos escolares, los intereses e inquietudes del alumnado, de los docentes y de las familias, poniendo en práctica los cambios que propone la LOMLOE y su desarrollo normativo.

Cambios en el desarrollo metodológico como consecuencia directa del desarrollo del nuevo diseño curricular, poniendo el foco en la adquisición del perfil competencial de salida de la educación obligatoria por parte del alumnado. Para llevar a cabo este nuevo desarrollo curricular no podemos olvidar que todos los docentes tienen una historia profesional, más o menos larga, y no se tiene por qué partir de cero en la implementación del nuevo diseño curricular, ya que deben ser muchos los enfoques y desarrollos metodológicos que se pueden reciclar y adaptar como punto de partida para ir avanzando en otros modelos metodológicos relacionados con el novedoso diseño curricular.

Cambios a nivel del propio centro escolar, ya que los documentos institucionales de los mismos van a requerir una revisión planificada, para que puedan incluir las nuevas bases que el desarrollo del marco normativo LOMLOE ha venido introduciendo. Estos cambios van a tener que conjugarse con el potencial de autonomía que la nueva ley brinda a los centros escolares.

Los centros deberán redefinir sus procesos de evaluación interna para poder rendir cuentas ante la comunidad escolar sobre el modelo que hayan adoptado de autonomía.

Por último y no menos importante, debemos ser conscientes como padres y madres de pequeños y pequeñas en edad escolar, que tenemos ante nosotros una gran oportunidad para abrir nuestra mente, siempre en beneficio de los niños y niñas, y desligarnos de fórmulas educativas pasadas con las cuales como padres nos sentimos identificados, al ser las que aprendimos en nuestra etapa escolar, aceptando que no siempre lo pasado fue mejor.  Otra oportunidad que como padres y madres tenemos por delante, es la de apoyar a los docentes, valorando el esfuerzo de adaptación que vienen realizando en los últimos lustros de manera constante con la única intención de ayudar a nuestros pequeños en la aventura de ser futuras personas competentes.

Por otro lado, como padres y madres, tenemos que hacer el esfuerzo de ver los libros de texto y otros materiales como lo que son, herramientas al servicio del aprendizaje y no como el guion único e ineludible del proceso educativo de nuestros hijos e hijas.

En definitiva, todos los sectores de la comunidad escolar deben aprovechar la oportunidad que estos nuevos cambios les brinda, por un lado para saltar definitivamente y sin escusas a una concepción competencial de la enseñanza, de igual manera, a que tengamos una fuerte estructura de apoyo en nuestros centros escolares en el ejercicio de su modelo educativo, y por último para que padres y madres podamos valorar y apoyar los cambios que otros sectores de la comunidad escolar tienen que implementar, creyendo desde el convencimiento que las metas son más fáciles desde el esfuerzo compartido.

Fernando Ríos González

Inspector de Educación